lunes, 25 de marzo de 2013
el sentido de la vida
La pregunta por el sentido de la vida
¿Quien no se ha preguntado alguna vez por que esta aquí o ¿para que ha venido al mundo?
¿Hay una vida mas allá de esta? ¿podemos esperar algo mejor? ¿tiene sentido la propia muerte? etc.
martes, 19 de marzo de 2013
nuestras relaciones con los demas
Entre los problemas que nos afectan a lo largo de la vida, están los que nos crean nuestras relaciones con los demás.
Sartre llegó a decir, "el infierno son los otros". Esta afirmación resulta exagerada.
Sin embargo, si lo examinamos bien, viene a ser cierto que el encuentro con el otro, puede convertirse, a veces, en un torbellino emocional, altamente explosivo.
Esto nos puede pasar no todos los días, pero si, me temo que si, a todas las personas, algunas o muchas veces, depende.
Dificultades en la mayor parte, motivadas, por los desencuentros, los malentendidos, la falta de comunicación, las promesas olvidadas, las falsedades, la cobardía y un sin fin de circunstancias adversas, que conducen a la renuncia al perdón, y al conflicto.
Con el jefe, los amigos, los padres, la pareja, los alumnos, los hijos, etc.
Una opción podría ser huir, escapar, subir a lo alto de la montaña, y vivir en soledad, pero como ya dijera Aristóteles, la soledad es propia de animales o de brutos, pero no de personas.
Un recurso, cada vez, mas olvidado, pero no por ello, menos constructivo es el respeto.
El respeto es fundamental, y parte en primer lugar del respeto a uno mismo. De este pasamos al otro, al respeto hacia los demás, y de ahí, a la consideración de que el otro tiene tanta dignidad como yo misma/o.
Esta técnica de afrontamiento nos permitirá alcanzar el secreto de una vida buena, apacible y tranquila entre los otros, de tal modo, que la frase de Sartre se tendría que convertir en esta otra. "Se fiel a ti mismo y Ama". En el encuentro con el otro, puedes encontrar también paz, satisfacción y alegría.
http://www.webdianoia.com/aristoteles/aristoteles_polis.htm
Sartre llegó a decir, "el infierno son los otros". Esta afirmación resulta exagerada.
Sin embargo, si lo examinamos bien, viene a ser cierto que el encuentro con el otro, puede convertirse, a veces, en un torbellino emocional, altamente explosivo.
Esto nos puede pasar no todos los días, pero si, me temo que si, a todas las personas, algunas o muchas veces, depende.
Dificultades en la mayor parte, motivadas, por los desencuentros, los malentendidos, la falta de comunicación, las promesas olvidadas, las falsedades, la cobardía y un sin fin de circunstancias adversas, que conducen a la renuncia al perdón, y al conflicto.
Con el jefe, los amigos, los padres, la pareja, los alumnos, los hijos, etc.
Una opción podría ser huir, escapar, subir a lo alto de la montaña, y vivir en soledad, pero como ya dijera Aristóteles, la soledad es propia de animales o de brutos, pero no de personas.
Un recurso, cada vez, mas olvidado, pero no por ello, menos constructivo es el respeto.
El respeto es fundamental, y parte en primer lugar del respeto a uno mismo. De este pasamos al otro, al respeto hacia los demás, y de ahí, a la consideración de que el otro tiene tanta dignidad como yo misma/o.
Esta técnica de afrontamiento nos permitirá alcanzar el secreto de una vida buena, apacible y tranquila entre los otros, de tal modo, que la frase de Sartre se tendría que convertir en esta otra. "Se fiel a ti mismo y Ama". En el encuentro con el otro, puedes encontrar también paz, satisfacción y alegría.
http://www.webdianoia.com/aristoteles/aristoteles_polis.htm
Conócete a ti mismo
Esta celebre frase del Oráculo de Delfos , me sirve para reflexionar sobre la tarea del autoconocimiento.
Un trabajo personal que constituye en si mismo un camino valioso para superarse.
Saber quien soy, para descubrir quien quiero ser.
Parafraseando a Sartre, la esencia no es la prioridad, antes bien, las vivencias, las experiencias, los afrontamientos, me darán la clave de lo que soy, de lo que quiero y lo que no quiero.
Como existo, como me comporto, como me relaciono, definen mi estar en el mundo, y por lo tanto, definen mi ser.
El habito sí hace al monje, el hábito da el carácter, como bien supo descubrir el sabio Aristóteles.
Etica a Nicomaco
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