martes, 19 de marzo de 2013

nuestras relaciones con los demas

Entre los problemas que nos afectan a lo largo de la vida, están los que nos crean nuestras relaciones con los demás.
Sartre llegó a decir, "el infierno son los otros". Esta afirmación resulta exagerada.
Sin embargo, si lo examinamos bien, viene a ser cierto que  el encuentro con el otro, puede convertirse, a veces, en un torbellino emocional, altamente explosivo.
Esto nos puede pasar no todos los días, pero si, me temo que si, a todas las personas, algunas o muchas veces, depende.

Dificultades en la mayor parte, motivadas, por los desencuentros, los malentendidos, la falta de comunicación,  las promesas olvidadas, las falsedades, la cobardía  y un sin fin de circunstancias adversas, que conducen a la renuncia al perdón, y al conflicto.
Con el jefe, los amigos, los padres, la pareja, los alumnos, los hijos, etc.

Una opción podría ser huir, escapar, subir a lo alto de la montaña, y vivir en soledad, pero como ya dijera Aristóteles, la soledad es propia de animales o de brutos, pero  no de  personas.

Un recurso, cada vez, mas olvidado, pero no por ello, menos constructivo es el respeto.
El respeto es fundamental, y parte en primer lugar del respeto a uno mismo. De este pasamos al otro, al respeto hacia los demás, y de ahí, a la consideración de que el otro tiene tanta dignidad como yo misma/o.

Esta técnica de afrontamiento nos permitirá alcanzar el secreto de una vida buena, apacible y tranquila entre los otros, de tal modo, que la frase de Sartre se tendría que convertir en esta otra. "Se fiel a ti mismo y Ama". En el encuentro con el otro, puedes encontrar también paz, satisfacción y alegría.


http://www.webdianoia.com/aristoteles/aristoteles_polis.htm


Conócete a ti mismo

Esta celebre frase del Oráculo de Delfos , me sirve para reflexionar sobre la tarea del autoconocimiento.
 Un  trabajo personal que  constituye en si mismo un camino valioso para superarse.
Saber quien soy, para descubrir quien quiero ser.
Parafraseando a Sartre, la esencia no es la prioridad, antes bien, las vivencias, las experiencias, los afrontamientos, me darán la clave de lo que soy, de lo que quiero y lo que no quiero.
Como existo, como me comporto, como me relaciono, definen mi estar en el mundo, y por lo tanto, definen mi ser.

El habito sí hace al monje, el hábito da el carácter, como bien supo descubrir el sabio Aristóteles.



Etica a Nicomaco